Para el amor, definitivamente, no hay edad. Y ejemplo de eso son estos dos bellos tortolos que se conocen de toda la vida y hace diez años comparten con apenas unos jóvenes veintitantos. Flor y Santi son de esas parejas donde se ve el compañerismo, la amistad y la proyección de dos iguales hacia el futuro. Jóvenes y divertidos disfrutaron su unión rodeados de los más queridos amigos y familiares. Ese día comenzó una nueva etapa, una nueva familia, un nuevo viaje.